En un marco de crecientes tensiones con Moscú por la crisis ucraniana, el presidente de Francia destacó la importancia de la disuasión nuclear francesa · Hollande aseguró que el conflicto en el país del Este, junto a Irán, Corea del Norte y el "Estado Islámico", constituyen hoy un peligro para el equilibrio internacional · Desde París, el periodista argentino Leonardo Plasencia nos cuenta los detalles
"El período de la disuasión nuclear no ha terminado" afirmó ayer François Hollande en un discurso oficial en la base aérea de Istres, al sur del país. Las palabras del presidente de Francia, agregan un argumento más a quiénes sostienen la tésis de que una nueva guerra fría se está preparando en el viejo continente. En otro contexto internacional (es decir, antes del estallido del conflicto ucraniano), la alocución del líder galo habría cobrado un sentido considerablemente distinto. Claro está, cabe preguntarse si en ese hipotético 'otro contexto' estas palabras habrían siquiera visto la luz.
"Pertenezco a una generación que tiene una suerte inestimable, el no haber conocido la guerra en el suelo de su propio país" destacó Hollande, nacido a principios de los años 50'. Sin embargo, esa 'suerte' podría desaparecer ante una amenaza que viene del este. Aunque no acusó directamente a Vladimir Putin, evitando siquiera nombrar al país manejado por el Kremlin, el presidente francés consideró que "lo que occurre en Europa oriental desde hace un año nos recuerda que la Paz no está asegurada".
En clara alusión al gigante del este, Hollande criticó que algunos países desarrollen "lógicas de influencia e incluso de amenaza" hacia sus vecinos provocando un aumento en las tensiones internacionales. El discuro llega a sólo unos días del acuerdo de cooperación que Francia, Alemania, Ucrania y Rusia concretaran el pasado jueves. La reunión entre las partes buscaba un alto al fuego que aún no ha podido verifivarse en su totalidad en las regiones del este ucraniano.
Es así que, a las amenazas de nuevas sanciones a Rusia por parte de Bruselas, y a la posibilidad cierta de un envío de armas americanas a las fuerzas comandadas por el gobierno central de Kiev para luchar contra los grupos rebeldes prorusos, las palabras de Hollande encuentran un sentido especial. "La posibilidad de un conflicto entre Estados no puede ser descartada" aseguró. De esta manera, el comienzo 'oficial' de las tensiones 'interestatales' ponen fin al clima, al menos en teoría, de relativa paz entre potencias mundiales.
Cabe recordar el famoso discurso del presidente de Estados Unidos George Bush padre a principios de los noventa felicitándose del triunfo occidental en la Guerra Fría. El líder de la Casa Blanca afirmaba entonces que tras la caída del imperio soviético desaparecía toda posibilidad de conflicto armado entre las grandes potencias mundiales. Luego de los atentados del 11-S, una década después, su hijo y heredero político, aseguraba que la mayor amenaza para el 'mundo libre' no eran los Estados sino las redes terroristas internacionales infiltradas a lo ancho y a lo largo del mapa mundial.
El discurso de François Hollande, pone así en evidencia que la política internacional de las potencias occidentales estaría volviendo a mirar a ciertos Estados Nacionales como los perturbadores de la paz en el mundo. En este contexto, y siempre con una sutil alusión a la 'amenaza del este', el presidente de Francia recordó que la política de disuasión nuclear "apunta a proteger el país de toda agresión por parte de un Estado, contra sus intereses vitales", y destacó que los 'intereses vitales' no deben de ninguna manera ser considerados solamente en un plano nacional. En el marco del 'proyecto europeo' Francia encuentra así su supervivencia en un contexto de seguridad continental. "La existencia de la disuasión nuclear francesa forma parte de una política de supervivencia europea" afirmó Hollande.
Potenciales amenazas
Aunque las tensiones con el Kremlin amenazan la paz en las puertas del continente europeo, convirtiéndose así en un interés de vital importancia para la política exterior francesa, otros conflictos preocupan fuertemente a París. "Francia no tiene enemigos declarados" aseguró Hollande, sin embargo consideró preocupante la amenaza latente de la crisis ucraniana, el avance del Estado Islámico, y el ataque informático contra la empresa japonesa Sony, que tiene a Corea del Norte como principal sospechoso. Irán mereció un parrafo aparte. El jefe del Palacios de los Eliseos resumió la posición francesa, "si a lo nuclear civil, no al armamento nuclear". "El problema es que por el momento Irán no nos ha demostrado que quiere renunciar a la bomba" sentenció.
Haciendo un llamado internacional al desarme nuclear el líder francés lamentó que, mientras Francia redujo a 300 unidades su arsenal nuclear en los últimos veinte años, nuevos países se han sumado a la lista. Al mismo tiempo, algunas potencias históricas han resuelto agrandar y modernizar su arsenal. En este contexto Hollande destacó que Francia debe "estar lúcida, no alcanza con proclamar el desarme nuclear inmediato", y adelantó un plan para promover a la comunidad internacional un plan basado en dos puntos esenciales, el cese de la producción de elementos para la producción de armas, y la prohibición total de nuevos ensayos nucleares.
"Disuasión nuclear, Francia no baja la guardia" titulaba hoy el periódico conservador Le Figaro. Efectivamente, la amenaza nuclear vuelve a los discursos oficiales. De regreso a los diarios, la posibilidad de una guerra entre Estados nucleares parece hoy más fuerte que nunca, desde la desaparición de la Unión Soviética. Los acuerdos de paz Minsk 2, obtenidos la semana pasada en la capital bielorusa no han logrado callar las armas en el este ucraniano. Las fuerzas nacionalistas que rodean al Kremlin, el discurso separatista de las milicias rebeldes en la región ucraniana de Donbass, el fortalecimiento de los grupos neonazis ucranianos (como Svoboda y Pravy Sektor) y de las milicias paramilitares pro-Kiev (como la temible Azov), ponen en peligro la paz en el este ucraniano. Mientras tanto el Congreso americano amenaza con enviar armas pesadas y París poné en la mesa nuevamente la carta nuclear.
En efecto, la generación de François Hollande, esa que no ha conocido la guerra en su propio suelo, ve hoy amenazada su 'suerte inestimable', en el caso de que los principales líderes del mundo, sentados sobre poderosos arsenales nucleares, no logren concertar la paz duradera en una pequeña Ucrania rodeada por dos gigantes de la política mundial.
(Fecha original de publicación 20 de febrero de 2015)