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Billet de blog 13 février 2021

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El Corán prohíbe la circuncisión y la escisión

Los versículos del Corán son traducidos de la traducción al francés de Boubakeur.

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El Corán prohíbe la circuncisión y la escisión1,

(English: The Koran against circumcision (and excision))

Veintitrés versículos del Corán se oponen a las mutilaciones sexuales.

Siete son categóricos:

- 4: 118-119: “... maldito sea él que dijo: ‘Tomaré una parte determinada de tus siervos…’”

¿De qué otra parte que el clítoris o el prepucio se puede tratar?

“… Los extraviaré, les haré promesas (falaces), los ordenaré partir las orejas del ganado, los ordenaré alterar la creación de Dios.

- 6: 38: “No hemos omitido nada en el libro.”

- 6: 115: “Nadie puede cambiar sus palabras.”

- 10: 59: “… ¿Habéis visto los dones que Dios os ha otorgado? Consideráis algunos lícitos y otros ilícitos. ¿Os lo permitió Dios?”

El rector Boubakeur, en su traducción del Corán al francés1, se divirtió comentando el versículo 10: 59 diciendo que apunta a los alimentos. ¿Le permitió Dios esta restricción? Al excluir lo que no sería alimento, está haciendo justamente lo que los versículos 10: 59 y 6: 115 prohíben. Además, el término árabe “rizq” (regalos) es muy general y esta falsa interpretación es la clásica mentira de los partidarios de la circuncisión que afirman que los dones en cuestión conciernan los alimentos. En cualquier caso, el versículo siguiente prohíbe esta interpretación mentirosa:

- 16: 116: “Y no digáis, según las mentiras proferidas por vuestras lenguas: ‘Esto está permitido, esto está prohibido.’, para forjar mentiras que asignáis a Dios.” 16: 116

Estos dos versículos implican que el hombre no tiene derecho a condenar lo que Dios no condena y, por tanto, muy especialmente los órganos del cuerpo humano que Él creó. Las únicas cosas prohibidas: la carroña, la sangre, el cerdo y el alcohol, no están prohibidas por los hombres pero por el Corán sí mismo. Luego, en el islam, los dones de Dios que los hombres se niegan a sí mismos no pueden ser otros que el prepucio y el clítoris. Ninguno de los términos árabes para designar las mutilaciones sexuales: khitan, khatna, tahara y tohhor (corte, purificación) aparece en el Libro que en ninguna parte ordena la mutilación del cuerpo humano. Incluso parece que la negativa de Mohamed, como la de Moisés, a emplear la palabra circuncisión revela una profunda aversión a la tortura cruel.

- 30: 30: “...ninguna modificación en la creación de Dios; esto es la religión en su rectitud, pero la mayoría de los hombres no saben-” 30: 30

Puesto que, según el versículo 6: 38, todo está escrito en el Corán, los hombres no pueden permitirse una práctica de la importancia de las mutilaciones sexuales femenina y masculina sin violar los versículos 6: 38, 6: 115, 30: 30 y 95: 4.

Además, el Corán está salpicado de afirmaciones de la perfección de la creación divina y Mohamed ciertamente conocía el versículo 2: 27 del Libro del Génesis:

“Dios creó al hombre a su imagen.”

Dieciséis versos se oponen a las mutilaciones sexuales:

- 3: 6: “Él os moldea como quiere en las matrices.”

- 3: 191: “… Señor, ¡no has creado esto en vano…

- 13: 8: “Cada cosa, cerca de él, tiene su mesura.”

- 23: 115: “¿Habían supuesto que habíamos creado a vosotros sin blanco?”

- 25: 2: “… Bendito sea el que… ha creado cada cosa dándola las proporciones.”

- 27: 88: “… la obra de Dios que ha perfeccionado todas las cosas…”

- 32: 6-7: “Se destacó (en todo) lo que ha creado.”

- 32: 9: “… le ha dado (al hombre) una forma harmoniosa…”

- 38: 27: “No es en vano que hemos creado los cielos y la tierra, y lo que es entre ellos.”

- 40: 62: “… Dios, vuestro Señor, creador de toda cosa…”

- 40: 64: “Dios… vos ha formado y ha embellecido su forma...”

- 54: 49: “Hemos creado toda cosa (y) su destino.”

- 64: 3: “…ha dado a vosotros una bella forma…”

- 67: 3: “… No se ve en la creación del Todo-Misericordioso ninguna desproporción…”

- 82: 6-8: “¡Oh, hombre! ¿Cómo, pues, fuiste engañado sobre tu generoso Señor,

que te creó, constituyó, equilibró,

te dio tal forma que quiso?”

- 95: 4: “hemos dado al hombre, creándolo, la forma física mejor proporcionada,”

Esta insistencia repetitiva muestra la determinación de Mohamed contra la idea de un mandato divino de la circuncisión dado a Abraham. El Dios de Mohamed es tan celoso como el de Moisés; si la creación es perfecta, alterarla es diabólico. Los hadices afirman con razón que el Corán prohíbe los tatuajes. ¿Cómo podría no condenar la escisión y la circuncisión? La unanimidad de los hadices contra los tatuajes sugiere que los que están a favor de la mutilación sexual no son auténticos. Desde la misma perspectiva, el comportamiento de los fundamentalistas que se dejan crecer la barba para permanecer como Dios los hizo, pero circuncidan a sus hijos, es tanto más cuanto paradójico cuanto que, a diferencia de la barba, el prepucio no vuelve a crecer.

Desde hace miles de años, la circuncisión era una costumbre de los politeístas que Mohamed combatía. En los harenes, era el complemento lógico de la eviración de los guardias y de la escisión. Para no herir de frente a los practicantes de la mutilación sexual, el Corán solo la desaprueba implícitamente. Pero, no la prescribe y es posible hacerse musulmán sin estar circuncidado o escisada. La fuente pura y auténtica del islam prohíbe alterar la creación de Dios.

La ley islámica tampoco prescribe las mutilaciones sexuales. Solo lo hacen algunos pasajes de la Sunna (costumbre, de autenticidad controvertida, que pretenden informar del discurso corriente del profeta, de sus pensamientos como hombre ordinario). Pero citamos en fin varios extractos de la Sunna y los hadices contra la circuncisión. En cualquier caso, estos no son las palabras del arcángel Gabriel en su oído y la Sunna y los hadices no pueden sobrepasar el Corán. Sin embargo, las condenas implícitas de la mutilación sexual femenina y masculina en el Corán son tan numerosas que uno se ve obligado a pensar que las palabras atribuidas a Mohamed sobre ella en la Sunna son sea inauténticas o circunstanciales. Cuando el libro es insistente, las palabras reportadas no son creíbles. En particular, las relativas a la escisión:

“Se relata que el Profeta… dijo a Umm ‘Atiya, una mujer que practicaba la escisión en Medina: ‘O Umm ‘Atiya, corta ligeramente y no exageres porque es más agradable para la mujer y mejor para el marido.’”

- Este hadiz ha sido reportado por Al-Hakim, Bayhaqi y Abu Daoud con versiones similares y con una cadena débil, como informó al-Hafidh Zen Al-Din Al-Din Al-Iraqi en su análisis de ‘La revivificación de las ciencias de la religión’ escrito por Al-Ghazali (148/1),

- Abu Daoud comentó el mismo hadiz en su colección con una versión diferente a la anterior: este hadiz fue reportado por Abdallah Bin‘Amru de Abdul-Malik con el mismo contenido y la misma cadena de transmisión, pero este hadiz no es auténtico, es de tipo ‘mursal’ (la cadena de garantes no es confiable), y su relator Mohamed Has Bin Hassaan Al-Koufi no es conocido, por lo tanto, este hadiz es débil,...”

Dr. Mohamed Salim Al-Awwa, secretario general de los Ulemas musulmanes

Suponiendo este hadiz auténtico, hay que pensar que Mohamed, sabiendo que hablaba con una escisora profesional incapaz de renunciar a su sustento, fue pragmático; se contentó con recomendar limitar los daños. Este hadiz muestra que, incluso para la escisión, Mohamed no podía luchar de frente contra la compulsión mutiladora de los politeístas.

Una de las más importantes alusiones del Corán condenando la circuncisión es directa:

“Cuando el Señor probó a Abraham con ciertas palabras

y que las habría cumplido,

Dios dijo: ‘Te haré un guía para los hombres’,

Abraham dijo: ‘¿Y mi descendencia?’

El señor dijo: ‘Mi alianza no concierne a los injustos.’” 2: 124

Por un lado, Mohamed ha leído el Libro de Josué y sabe que los hebreos escaparon de la mutilación sexual gracias a Moisés que la prohibió de por vida.

Por otra parte, al hablar de los injustos, Mohamed alude probablemente a la falsa interpretación del versículo 20: 5 del Libro del Éxodo (Segundo Mandamiento).

Además, si Dios hubiera querido la circuncisión, habría decretado el terrible castigo que la Biblia impone a los incircuncisos: la exclusión del pueblo. El Corán, en cambio, afirma el carácter injusto de una exclusión decretada por un pequeño órgano más o menos.

Por último, ignora la idea de circuncisión general; afirma que la circuncisión fue una “prueba” impuesta solo a Abraham. Generalizarla sería injusto. El Corán rechaza ambas partes del dictado impuesto a Abraham.

El profesor Aldeeb2 señala que algunos exégetas han encontrado este versículo “equívoco” y, por el contrario, lo interpretaron como un recordatorio de la circuncisión, como si, a diferencia del Dios de Abraham, el Dios de Mohamed no hubiera podido ordenar claramente la circuncisión si hubiera querido.

Este versículo 2: 124 se refiere al capítulo 17 del Libro del Génesis:

“Abram se postró y Dios le habló así: ‘Yo mismo, sí, yo trato contigo: serás el padre de una multitud de naciones... Y te daré a ti y a tu descendencia… toda la tierra de Canaán... Éste es el pacto que observaréis, que es entre yo y vosotros, hasta tu última descendencia... Cortaréis la carne de vuestra excrecencia, y será un símbolo de alianza entre yo y vosotros... Y el varón incircunciso, que no se haya cortado la carne de su excrecencia, el mismo será cortado del seno de su pueblo por haber violado mi alianza.’”

Mohamed no podía saber que el Dios de Abraham era un faraón deseoso de someter a sus súbditos imprimiéndoles una marca de posesión. Sin embargo, el Corán no da crédito a los escritores de la Biblia. Respetando la lógica de un monoteísmo que expurga de toda tradición pagana, reduce el texto a lo esencial y, contrariamente a Génesis 17, afirma que ser justo es la única condición del pacto con Dios. Para el Corán, la circuncisión fue una prueba infligida solo a Abraham. En ninguna parte dice que Dios la habría impuesto a los hombres y la considera “injusta”.

La alusión a las mutilaciones sexuales del versículo 4: 119 merece estar comentada:

“‘Los extraviaré, les haré promesas vacías, los ordenaré cortar las orejas del ganado, alterar la creación de Dios.’ Quien toma a Satanás como amo, en vez de a Dios, está condenado a una pérdida segura.”

Literalmente, la posición del Corán contra la crueldad hacia los animales es sorprendentemente moderna. Se hace un precursor de la lucha de las sociedades protectoras de los animales. Al prohibir el marcado de los animales, excluye a fortiori el del cuerpo humano.

En sentido figurado, el Corán habla de manera oriental, pictórica y velada. Se remonta a su interpretación del capítulo 17 del Libro del Génesis (cf. versículo 2: 124 supra):

- comparando al hombre con los animales, condena el hecho de tratar a sus propios hijos como “siervos” o peor aún como “ganado”,

- condena las mutilaciones sexuales equiparando las expresiones “cortar las orejas del ganado” y “alterar la creación de Dios”; si está prohibido mutilar animales, solo puede ser lo mismo para los humanos.

- condena las “vanas promesas” hechas por el diablo a Abraham: el regalo de Canaán. Esta alusión a Génesis 17 no deja lugar a dudas de que el Corán condena las mutilaciones sexuales como diabólicas.

Según Boubakeur, al usar una idea cercana a la de la circuncisión, los versículos 2: 87-88 y 4: 155 (otro indicio de su disgusto por la cosa, el Corán sigue negándose a citar la palabra) probablemente aluden a la circuncisión del corazón de Moisés. El Corán no puede aludir a la circuncisión del corazón sin condenar la circuncisión de la carne.

Mohamed era un hombre excepcional. Un hadiz le presta la siguiente declaración:

“Nadie ha visto nunca mi prepucio.”

Nacido sin prepucio, Mohamed afirma no haber sido circuncidado. Algunos ven esta afirmación como un incentivo para la circuncisión. Atribuir esta intención al profeta en contradicción con todo lo que acabamos de afirmar es falaz. Por el contrario, se puede pensar que Mohamed agradece al creador por haberle evitado la circuncisión y que se pone discretamente como ejemplo en un intento de evitar a los niños indefensos una terrible tortura. Pero su invalidez no le permitió experimentar los placeres de poseer el órgano específico de la autosexualidad. Esto explicaría su falta de condena explícita de la mutilación sexual.

A diferencia de Moisés, Mohamed ignoraba los placeres que proporciona el prepucio. Informado del asesinato de sus dos grandes predecesores por los partidarios de la circuncisión, no impuso su abolición. Prefirió tratar a sus hermanos con miramiento y contar con una desaprobación discreta. Ésta no tuvo éxito; los humanos necesitan declaraciones claras de sus líderes. La modernidad del mensaje de Mohamed, impregnada de cristianismo, ha sido cuidadosamente sofocada en países dominados por aristocracias feudales.

Varios autores de la Sunna se han pronunciado en contra de la circuncisión:

Ahmad Ibn Hanbal 780-855 informa en su colección que Uthman Ibn Abu-al-As (m. 671) fue invitado a una circuncisión. Como no vino, se le reprochó. Respondió: “En la época del profeta Mohamed, no practicábamos la circuncisión y no se nos invitaba.”

Al-Nawawi - 1233-1277 informa que Ibn-al-Mundhir - (d. 931) escribe que, en el asunto de la circuncisión, no hay ninguna prohibición, ni fecha específica, ni sunna a seguir, y que las cosas permanecen en el área de lo permitido. Esto significa que uno era libre de circuncidar o no circuncidar.

Al-Tabari - 838-923 dice que el califa Umar ibn‘Abd Al-Azīz (d. 720) escribió a su general de ejército Al-Jarrah Ibn Abd-Allah (d. 730) después de conquistar la región de Kharassan: “Quien rece ante ti hacia La Meca, exímelo de pagar el tributo.” La gente se apresuró entonces a convertirse al islam. Entonces le dijeron al general que la gente se convertía para no pagar el tributo y que te-nía que someterla a la prueba de la circuncisión. El general consultó al Califa. Aquel respondió: ‘Dios envió a Mohamed para llamar a la gente al islam y no para circuncidarlos.’

“El Profeta dijo: ‘Como un animal da a luz a un bebé perfectamente formado, ¿lo ves mutilado?’” Sahih Al-Bukhari 1359

El profesor Aldeeb Abu-Sahlieh Sami escribe (p. 147-48) que la autora y psiquiatra egipcia Nawal Al-Saadawi y varios autores y académicos musulmanes se pronuncian contra las mutilaciones sexuales. Cita a Jamal al-Banna, hermano de Hasan al-Banna:

“El versículo coránico 95: 4: ‘Sí, hemos creado al hombre en la forma más perfecta’ refuta la afirmación de que la circuncisión corrige una imperfección de la naturaleza humana, pues tal afirmación contradice el texto coránico. Dios quiso que los hombres y las mujeres estuvieran ‘en la forma más perfecta’... Creo firmemente que es el derecho de los hombres y las mujeres vivir como Dios los creó y que Dios hizo cada órgano ‘en la forma más perfecta’, incluyendo los órganos sexuales del hombre y la mujer”.

También señala que Mustafa Kamal Al-Mahdawi, un juez libio ya retirado, afirma en su libro3 que el Corán rechaza la circuncisión, citando los versículos 3: 191 y 86: 14 para considerar que Dios no puede permitirse tales trivialidades. Acusado de apostasía y amenazado con una fatwa si no se retractaba. Al-Mahdawi fue procesado en un tribunal islámico. Aunque no se retractó, el tribunal de apelación de Bengasi le absolvió del cargo de apostasía (pena de muerte); su escrupulosa lectura del Corán no permitía condenarle. Sin embargo, su libro fue prohibido.

El sitio web Quranic Path va en la misma dirección.

Este conjunto de elementos concordantes demuestra que el Corán multiplicó las incitaciones a respetar el cuerpo humano y se opone a las mutilaciones sexuales femeninas masculina por ser contrarias a la voluntad de Dios. Los hace de manera no-sexista, sin distinguir escisión y circuncisión.

1 Le Coran. Paris: Fayard; 1972. Traducido por el Rector Hamza Boubakeur.

2 Aldeeb Abu-Sahlieh S. Circoncision masculine, circoncision féminine. París : L’Harmattan ; 2001.

3 Al-Mahdawi M. Al-Bayanbil-Qur’an, 2 volúmenes, Al-dar al-gamahiriyyah, Misratah y Dar al-afaq al-gadidah, Casablanca, 1990, vol. II, pp. 348-350.

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