Por Alfons Bech
¿Acaso son los Estados Unidos quienes invaden Ucrania?
Revista Trasversales número 65, febrero 2024
Publicado originalmente, en catalán en https://www.naciodigital.cat/opinio/autor/3302/alfons-bech (Ver la versión en catalán al final).

Alfons Bech es sindicalista afiliado a CCOO, militante de La Aurora y coordinador sindical de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania. En Twitter es @AlfonsBech.
El próximo 24 de febrero se cumplirán dos años desde la invasión y guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania. Durante estos dos años hemos visto cómo el gobierno, el pueblo y la gente trabajadora de Ucrania han dado y están dando apoyo a su ejército con el fin de echar al invasor. Las encuestas muestran que la ciudadanía apoya mayoritariamente, en primer lugar, a su ejército y, después, a su presidente. Y también que no quieren ninguna cesión de territorio ucraniano: el 72% se oponen muy firmemente y un 13% adicional también rechaza ceder territorio a Rusia. A la pregunta de por qué se enfrentan a un ejército muy superior, a una potencia nuclear, ya han respondido: ¡porque el pueblo ucraniano quiere ser libre y no estar bajo la bota del imperio ruso!
Después de dos años, las bajas de soldados de ambos ejércitos y de población civil ucraniana son terribles. Las infraestructuras destruidas, los barrios, la agricultura, la biodiversidad, todo quedará en muy mal estado durante muchos años. Durante decenios. Las secuelas de la guerra, con muertes, heridos, mutilados, violaciones, secuestros de niñas y niños..., se prolongarán en secuelas psíquicas y enfermedades.
Lo lógico, solidario y humano es, pues, apoyar a un país que ha sido invadido y que está sufriendo. Eso no es "belicismo". Eso es lo que van a hacer, en el segundo aniversario del ataque, la inmensa mayoría de las personas ucranianas que están en nuestro país, como ciudadanas o refugiadas. Y también la mayoría de las personas catalanas que sienten esta guerra como un crimen de una potencia contra una nación que no le ha hecho más daño que querer su propia libertad. Esta gente se reencontrará por la tarde, como el año pasado y quizás aún en mayor número, en el passeig de Gràcia, para ir hasta la plaça de Catalunya.
Pero existe un pequeño sector, un recalcitrante sector, de personas y de algunas organizaciones que se reclaman pacifistas o "antiotanistas", agrupadas en la plataforma Catalunya per la pau, que actuarán en sentido contrario al de la manifestación. ¡El mismo día se concentrarán para exigir la paz ante el Consulado de Estados Unidos! Y les pedirán que no envíen más armas a Ucrania. ¡Vaya, como los trumpistas en Estados Unidos!
Esto es, no reivindican ante Rusia, el atacante, el imperio que quiere rehacer su autoridad y su "espacio" a base de invadir, si es necesario, y de imponer gobiernos títeres a los pueblos y naciones de su entorno, sino ante el imperio que, al menos por ahora, está ayudando a Ucrania a defenderse. Curiosa forma de entender la paz: dar cobertura política al agresor en contra del agredido.
La Red Europea de Solidaridad con Ucrania hemos pedido a la plataforma que nos conteste estas sencillas preguntas: "¿Por qué llamáis a manifestarse ante el Consulado de Estados Unidos, en lugar de ante el Consulado de Rusia?"; "¿quién creéis que es el agredido en esta guerra, Ucrania o Rusia?"; "¿no creéis legítimo que el país y pueblo agredido se pueda defender con armas y que las busque donde pueda?"; y "¿por qué no pedir a Rusia el alto el fuego y de bombardeos sobre zonas civiles y la retirada de sus tropas de Ucrania?".
Pues bien, ¿sabéis qué han contestado? Esto: "No os respondemos porque las preguntas que hacéis ya las respondimos hace meses a vosotros y a las señoras de la comunidad ucraniana en Cataluña."
¡Qué falta de respeto a las mujeres ucranianas refugiadas! No quieren responder por qué no saben qué decir. No quiero entrar en las mentiras de Putin que ellos repiten, como "ha sido la OTAN quien ha agredido a Rusia", o que Zelensky y casi todos los ucranianos son "nazis". La guerra sucia de Putin se libra también —¡y mucho!— en el terreno de la propaganda. La calumnia es utilizada como arma de destrucción masiva de conciencias. Y gente trabajadora, de izquierdas sobre todo, queda confundida o es engañada por el discurso justificativo del imperialismo ruso.
Porque lo importante no es la cantidad de gente que arrastra esta plataforma. Son cuatro gatos, como se verá en el ridículo que harán el próximo 24 de febrero frente al consulado americano. Lo que más duele de este tipo de "pacifismo", que da la razón y justifica al agresor, es la parálisis que genera en otras organizaciones. En particular, en los sindicatos, incapaces todavía de reaccionar y mostrar solidaridad de clase. El método de la calumnia —¡tan empleada por Stalin para destruir a los revolucionarios de su época y tan eficaz!— es soltar todo tipo de mentiras para desprestigiar a una persona, una idea, una nación. Y repetirlas y repetirlas. No hace falta demostrar nada, no hace falta que sea coherente: ¡calumnia, que algo queda!
Aquí conocemos qué fue el fascismo. Las jóvenes generaciones no lo han vivido. Pero la memoria democrática que nos esforzamos en rescatar nos recuerda que fueron 40 años de opresión, de semiesclavitud, de falta de libertades, de miedo. La joven República necesitaba armas para defenderse ante el golpe fascista. Pero mientras el fascismo internacional probaba aquí sus bombas y armas, la República no recibió el apoyo de las democracias occidentales. El mundo llamado democrático concilió con Hitler y se resignó a que ganara el fascismo. De esa forma preparó el terreno para la II Guerra Mundial. No deberíamos repetir el error que se produjo en los años 30 contra la República española.
Hoy la situación es distinta, por ahora. Estados Unidos, la OTAN y algunos países europeos están dando apoyo político y militar a Ucrania. Pero, ¿qué soporte le dan? La UE acaba de aprobar 50.000 millones que el ultraderechista húngaro Orbán (como los seguidores de Trump) bloqueaba. Pero no dan las armas en la cantidad y calidad necesarias para echar a las tropas rusas invasoras. No se trata de conceder préstamos que endeuden Ucrania para el futuro. No se trata de aumentar los presupuestos militares. ¡Lo que hace falta es dar gratis armas, aviones y municiones que ya tenemos y no utilizamos!
La paz no se obtendrá cediendo a Rusia las zonas que ahora ocupa. Ni repitiendo ante la Rusia imperialista de Putin concesiones como las que se realizaron ante la Alemania imperialista de Hitler. Eso sólo espolearía nuevas guerras y nuevas invasiones, incluso de otros países. Polonia, países bálticos, Finlandia... ¡Esto ya ocurrió con la invasión rusa en Crimea en 2014, ante la que nadie ayudó a Ucrania! Puede alcanzar a toda Europa si no se detiene esta dinámica.
El terrible genocidio en Gaza no puede hacernos olvidar la cruel guerra, ocupación y nuevo intento de genocidio (¡ya hubo el Holodomor de Stalin!) que lleva a cabo el imperialismo ruso dentro de Europa. Ser hoy antiimperialistas y anticolonialistas implica defender a los pueblos que luchan por su soberanía.
Defendemos el sindicalismo ucraniano contra las políticas neoliberales de Zelensky. Pese a su erróneo apoyo a Israel. Pero defendemos a Ucrania ante el ataque del imperialismo ruso que quiere destruir su identidad como nación y utiliza el engaño y la calumnia de que son gobernados por "nazis", mientras en el Kremlin actúan como un verdadero nuevo tipo de fascismo. Con el aplauso de Vox, Le Pen, Orbán o Meloni. Somos antifascistas.
Sólo habrá oportunidad para una verdadera paz cuando los representantes del poder ruso se vean obligados a retirarse del territorio ucraniano y paguen por los crímenes y daños causados.
5 de febrero de 2024
Versión original en catalán.
Que potser són els EUA qui envaeix Ucraïna?
per Alfons Bech, 5 de febrer de 2024 a les 17:00 | publicado en Nacio.
És sindicalista afiliat a CCOO, militant de L'Aurora i coordinador sindical de la Xarxa Europea de Solidaritat amb Ucraïna. A Twitter és @AlfonsBech
«El dia del segon aniversari de la invasió russa, un petit sector que es reclama pacifista es manifestarà davant del consolat americà. Com els trumpistes, demanaran que no enviïn més armes a Ucraïna»
El pròxim 24 de febrer es compliran dos anys de la invasió i guerra a gran escala de Rússia contra Ucraïna. Durant aquests dos anys, hem vist com el govern, el poble i la gent treballadora d'Ucraïna han donat i estan donant suport al seu exèrcit per tal de fer fora l'invasor. Les enquestes mostren que la ciutadania majoritàriament fa costat, en primer lloc, al seu exèrcit i, després, al seu president. I també que no volen cap cessió de territori ucraïnès: el 72% s'hi oposen molt fermament i el 13% també rebutgen concedir territori a Rússia. A la pregunta de per què s'enfronten a un exèrcit molt superior, a una potència nuclear, ja han respost: perquè el poble ucraïnès vol ser lliure i no estar sota la bota de l'imperi rus!
Després de dos anys, les baixes de soldats d'ambdós exèrcits i de població civil ucraïnesa són terribles. La destrucció de les infraestructures, dels barris, de l'agricultura, de la biodiversitat, quedaran malmeses durant molts anys. Durant decennis. Les seqüeles de la guerra, amb morts, ferits, mutilats, violacions, segrestos de nens..., es perllongaran en seqüeles psíquiques i malalties.
El que és lògic, solidari i humà és, doncs, donar suport a un país que ha estat envaït i que està patint. Això no és "bel·licisme". Això és el que faran, el dia del segon aniversari de l'atac, la immensa majoria de persones ucraïneses que estan al nostre país, com a ciutadanes o refugiades. I també la majoria de les persones catalanes que senten aquesta guerra com un crim d'una potència cap a una nació que no li ha fet res més que voler la seva llibertat. Aquesta gent es retrobarà a la tarda, com l'any passat i potser encara més, al passeig de Gràcia, per anar fins a la plaça de Catalunya.
Però hi ha un petit sector, un recalcitrant sector, de persones i algunes organitzacions que es reclamen pacifistes, acompanyants d'"antiotanistes", agrupades en la plataforma Catalunya per la pau, que actuaran en sentit contrari al de la manifestació. El mateix dia es concentraran per exigir la pau davant el Consolat dels Estats Units! I els demanaran que no enviïn més armes a Ucraïna. Vaja, com els trumpistes als Estats Units!
És a dir, no demanen a Rússia, l'atacant, l'imperi que vol refer la seva autoritat i "espai" a còpia d'envair, si cal, i posar governs titelles als pobles i nacions del voltant, sinó a l'imperi que, almenys per ara, està ajudant Ucraïna a defensar-se. Curiosa manera d'entendre la pau: donar cobertura política a l'agressor en contra de l'agredit.
La Xarxa Europea de Solidaritat amb Ucraïna hem demanat a la plataforma que ens contesti aquestes senzilles preguntes: "Per què crideu a manifestar-vos davant el Consolat d'Estats Units, en lloc del Consolat de Rússia?"; "qui creieu que és l'agredit en aquesta guerra, Ucraïna o Rússia?"; "no creieu legítim que el país i poble agredit es pugui defensar amb armes i les busqui on pugui?"; i "per què no demaneu a Rússia l'alto el foc i de bombardejos sobre zones civils i la retirada de les seves tropes d’Ucraïna?".
Doncs bé, sabeu què han contestat? Això: "No et responem perquè les preguntes que fas ja les vam respondre fa mesos a tu i a les senyores de la comunitat ucraïnesa a Catalunya."
Quina falta de respecte a les dones ucraïneses refugiades! No volen respondre perquè no saben què dir. No vull entrar en les mentides de Putin que repeteixen, com que "ha estat l'OTAN qui ha agredit Rússia" o que Zelensky i gairebé tots els ucraïnesos són "nazis". La guerra bruta de Putin es lliura també —i molt!— en el terreny de la propaganda. La calumnia és utilitzada com a arma de destrucció massiva de consciències. I gent treballadora, d'esquerres sobretot, queda confosa o enganyada pel discurs justificatiu de l'imperialisme rus.
Perquè el més important no és la quantitat de gent que arrossega aquesta plataforma. Són quatre gats. Això es veurà en el ridícul que faran el pròxim 24 davant el consolat americà. El que fa més mal d'aquest tipus de "pacifisme" que dona la raó i justifica a l'agressor és la paràlisi que genera en altres organitzacions. En particular, en els sindicats, incapaços encara de reaccionar i mostrar la solidaritat de classe. El mètode de la calúmnia —tan emprada per Stalin per destruir els revolucionaris de la seva època i tan eficaç!— és deixar anar tota mena de mentides per desprestigiar una persona, una idea, una nació. I repetir-les i repetir-les. No cal demostrar res, no cal que sigui coherent: calumnia, que alguna cosa queda!
Aquí coneixem què va ser el feixisme. Les joves generacions no l'han viscut. Però la memòria democràtica que ens afanyem a rescatar ens recorda que van ser 40 anys d'opressió, de semiesclavatge, de manca de llibertats, de por. La jove República necessitava armes per defensar-se davant el cop feixista. Però, mentre el feixisme internacional provava aquí les seves bombes i armes, la República no va rebre el suport de les democràcies occidentals. El món dit democràtic va conciliar amb Hitler i es va resignar que guanyés el feixisme. Va preparar així el terreny per la II Guerra Mundial. No hauríem de repetir l’error que es va produir en els anys 30 amb la República espanyola.
Avui la situació és diferent, per ara. Estats Units, l'OTAN i alguns països europeus estan donant suport polític i militar a Ucraïna. Però, quin suport li donen? La UE acaba d'aprovar 50.000 milions que l'ultradretà hongarès Orbán (com els seguidors de Trump) bloquejava. Però no donen les armes en quantitat i qualitat per fer fora les tropes russes invasores. No es tracta de fer préstecs que endeutin Ucraïna per futur. No es tracta d’augmentar els pressupostos militars. El que cal és donar gratis armes, avions i municions que ja tenim i no utilitzem!
La pau no vindrà de cedir a Rússia les zones que ara ocupa. No vindrà de repetir amb la Rússia imperialista de Putin concessions com les que es van fer a l'Alemanya imperialista de Hitler. Això només esperonaria noves guerres i noves invasions, fins i tot d'altres països. Polònia, països bàltics, Finlàndia... Això ja va passar amb la invasió russa a Crimea a 2014, on ningú va ajudar a Ucraïna! Pot arribar a tot Europa si no s'atura aquesta dinàmica.
El terrible genocidi a Gaza no ens pot fer oblidar la cruel guerra, ocupació i nou intent de genocidi (ja va haver-hi l’Holodomor de Stalin!) que lliura l'imperialisme rus dins d'Europa. Ser antiimperialistes i anticolonialistes avui implica defensar els pobles que lluiten per la seva sobirania.
Defensem el sindicalisme ucraïnès contra les polítiques neoliberals de Zelensky. Malgrat el seu erroni suport a Israel. Però defensem Ucraïna davant l'atac de l'imperialisme rus que vol destruir la seva identitat com a nació i utilitza l'engany i la calúmnia conforme són governats per "nazis", mentre al Kremlin actuen com un veritable nou tipus de feixisme. Amb l'aplaudiment de Vox, Le Pen, Orbán o Meloni. Som antifeixistes.
Només hi haurà oportunitat per una veritable pau quan els representants del poder rus es vegin obligats a retirar-se del territori ucraïnès i paguin pels crims i desperfectes causats.