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Billet de blog 19 août 2013

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HELI, una familia mexicana frente a la violencia del Estado

            La película empieza sencillamente con el plano detalle de una bota militar que aplasta la cabeza sangrienta de un hombre. Se escucha el ruido del coche que anda en un camino que parece irregular. La bota está todavia en la cara del hombre. Quizás la víctima esté inconsciente.

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            La película empieza sencillamente con el plano detalle de una bota militar que aplasta la cabeza sangrienta de un hombre. Se escucha el ruido del coche que anda en un camino que parece irregular. La bota está todavia en la cara del hombre. Quizás la víctima esté inconsciente. No se sabe. No hay otra cosa, no ocurre nada. Aquí, la violencia no tiene el ritmo rápido al cual nos acostumbró el cinema hollywoodense. Aquí, en el Estado de Guanajato, la violencia toma su tiempo.      

            En Heli cuando un personaje intenta matar a otro,  no se usan los procedimientos habituales como la acceleración de los cortes o las secuencias de planos breves que supuestamente ponen en relieve la acción. La película no propone una estetización del crimen. No hay efectos estroboscópicos, ni música electrónica o dialéctica bueno/malo, en fìn, nada de los ingredientes que dan a la guerra un aspecto sencillo y excitante de juego video.

            Esa puesta en escena traduce por parte del director una preoccupación realista que nos recuerda a Haneke o a Cantet en Recursos Humanos. Se trata de  grabar a la gente en un pueblo al centro de México e intentar observarla sin introducir una falsa dimensión épica. Heli, el protagonista, no es un heroe. Pertenece a una familia de obreros que lucha contra la violencia organizada. El cártel de la película simboliza esa situación dramática: un soldado anónimo en un vehículo militar desproporcionado amenaza con su arma automática a un hombre de pecho desnudo y sin defensa.

         Esa violencia metódica tiene como principal responsable el Estado mismo, que organizó sin matices la militarización de la región para luchar supuestamente contra el narcotráfico. El director, Amat Escalante, no toma la pena de distinguir de manera clara los narcotraficantes de los militares y policías. En realidad, esa distinción es imposible del punto de vista de la población civil. Así, por culpa del romance de Estela, la hermanita, con un joven recluta, la familia de Heli se encuentra involucrada en el tráfico de droga. Para recuperar un paquete de cocaína, los soldados dan asalto a la casa familiar y matan al padre. Según Heli, esos hombres uniformados y armados serían « narcotraficantes disfrazados de policías. » Pero los policías encargados de la investigación, no prestan atención a esos indicios obvios y  prefieren acusar al padre asesinado de ser un enardecido sindicalista.

          Al Estado mexicano, cómplice de los narcotraficantes, sólo le queda poner en escena parodias de justicia con un toque de burocracia. La funcionaria encargada de la encuesta termina por ofrecer sus senos a Heli como consuelo por la destrucción de su familia. Y el ejército, frente a las cámaras de televisión, quema paquetes de cocaína y marijuana para esconder mejor la realidad de un Estado corrupto que, en vez de proteger al ciudadano, lo amenaza.

          Al contrario de lo que pretende el crítico Pierre Murat en la revista francesa Télérama, la mirada de Escalante no está al limite de la complacencia. Sería negar a la película su dimensión política evidente! Heli es, ante todo, una denuncia de un Estado corrupto que, por efecto de la militarización del país, logra exponer todavia más la poblacion civil a las pandillas. Los articulos de prensa se multiplican a propósito del narcotráfico en México pero el tema siempre es presentado de manera espectacular : cuerpos degollados, colgados, torturados… Heli empieza donde se detienen los medias tradicionales. La película intenta aclarar las raíces del problema y subraya así la necesidad de no quedarse los brazos cruzados. El final de la película, que no me atrevo a contar,  anuncia claramente que la violencia es contagiosa y que se puede extender rapidamente.

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