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Emilio Subía nos hace explorar Nueva York desde una perspectiva diferente, aquella del migrante ecuatoriano. Es así como descubrimos la historia de dos hermanos ecuatorianos, Diego y Andrés que viven con su madre en una ciudad caótica, sucia y acelerada en la que según el director “se puede encontrar mucha belleza”
Mientras los hermanos ayudan a su madre con el negocio familiar, intentan sobrellevar sus respectivas vidas y luchan contra la necesidad constante de dejar su hogar.
« En ese momento yo necesitaba hablar de la decisión que había tomado de irme de casa, y de las consecuencias que eso trajo en mi vida. Quería hablar sobre esa idea, de tomar la decisión de irse, abandonar a la familia para cumplir los sueños o para encontrarse a sí mismo […] claro que de ahí en adelante todo se vuelve de ficción, un mundo nuevo » – Emilio Subía, director y guionista de Ñaños (comunicación personal 14 febrero 2023).
El cortometraje se siente auténtico e íntimo, en gran parte, por la estética, que nos hace sentir como si estuviéramos viendo un documental y no una ficción. La elección de grabar en película de 16 mm logra una textura en la imagen, que nos remite a las imágenes de archivo, como si estuviéramos presenciando una sucesión de recuerdos sacados de los viejos álbumes familiares.
Del mismo modo, la cámara al hombro, da el ligero efecto de una cámara temblorosa, lo que podría ser considerado un “error amateur”, pero en este caso en particular, esos “temblores” refuerzan la estética de la imagen de archivo y aumentan la ilusión de realismo.
Por otro lado, el posicionamiento de la cámara, en repetidas ocasiones, nos pone en una perspectiva de voyeurs (como si estuviéramos espiando), esto nos sumerge tanto en la diégesis que al final tenemos la impresión de ser testigos de algo que está sucediendo en nuestra realidad física espectatorial y no en una ficción. Con respecto al encuadre y las escalas de planos, el uso recurrente de planos cerrados, nos da la impresión inmediata de opresión, y rápidamente nos sentimos atrapados, exactamente cómo se sienten Andrés y Diego.
Es una historia de apariencia simple, que cuenta con un aporte iconológico importante, por ejemplo: la persona disfrazada de Donald Trump, quien lleva un muñeco de Ronald Mc. Donald, sería el emblema del capitalismo extremo en el que vive Estados Unidos, ideología que rechaza al migrante.
« Hicimos esta peli en un momento de muchas tensiones políticas y raciales en USA, en 2020, días antes de las elecciones en este país. Tú sabes que la retórica de Donald Trump siempre fue antiinmigrantes y eso se sentía muy latente en ese momento […] ser inmigrante en ese momento en este país se sentía peligroso » - Emilio Subía, director y guionista de Ñaños (comunicación personal 14 febrero 2023).

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Se trata de un guion que parte de “ese sentimiento de querer regresar a casa, pero no poder” que termina tratando temas políticos importantes, como la discriminación racial, la vida de muchos migrantes ecuatorianos que han partido a Estados Unidos en búsqueda de mejores oportunidades. O desde un punto de vista más personal, lo encerrados que podemos llegar a sentirnos en nuestros núcleos familiares.
En fin, es la complejidad del sentimiento de añoranza de un migrante, simplificada en una ficción fácilmente transmisible. Un corto muy interesante, con buenas cualidades estéticas que definitivamente vale la pena ir a ver en el festival Cinélatino. Para mí (otra migrante ecuatoriana) fue un abrazo al corazón.
-Por Gaya N.