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Recogiendo los céntimos que le va dejando la vida
Así deambula la madre
Su silenciosa derrota es ajena a los demás
Le saludan Ella sonríe
Mientras en la mesa solo hay un plato vacío
Va dosificando la poca leche que se resiste agotarse
Viene de trabajar con los bolsillos rotos de esperanza
Una vergüenza le invade el corazón
Desvía la mirada ante sus hijos
Mira su monedero
Uno a uno va sacando la escaza dignidad que le queda
Diez, veinte, cincuenta – un litro de leche
Diez, veinte, cuarenta – una barra de pan
El dependiente le mira
Los ojos de la mujer cogen un color vidrioso
(Lo siento
Es lo único que tengo)
Los ojos extraños caen sobre ella
Examinándola
Agacha la mirada
El dependiente sonríe
¡Ya me hacían falta para dar cambio!
El monedero ha quedado vacío
En la mesa un vaso de leche y un bocadillo
La dignidad se deja ver
La madre muerde sus labios
Y retiene el llanto
Sonríe y bendice los céntimos que la vida va dejando.
Marlene Feeley,
Perséfone cautiva del Hades, Fuegos,
ABC’éditions Ah Bienvenus Clandestins ! 2015
La versión en francés: http://blogs.mediapart.fr/edition/outrage-rebellion/article/280315/menue-depense
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