El Sr. Sébastien Nadot llama la atención del Ministro de Justicia sobre las próximas comparecencias ante los tribunales franceses de Josu Urrutikoetxea, antiguo miembro de ETA, pero también figura destacada en el final del conflicto en el País Vasco.
Señor Ministro de Justicia, usted dijo recientemente en el hemiciclo: "No hay terroristas buenos o malos, hay terroristas". Y, por supuesto, nos unimos à usted en la rotunda condena de cualquiera que cometa actos violentos e ilegales con el objetivo de provocar un clima de terror en la opinión pública, sean cuales sean sus intenciones más profundas. Un representante de la nación nunca desea escuchar otra cosa de un Ministro de Justicia.
Los días 19 y 20 y 21 y 22 de octubre de 2020, Josu Urrutikoetxea compareció en París en dos procesos. El primero fue aplazado hasta el 22 y 23 de febrero de 2021 y el segundo enviado a la instrucción por tercera vez y no será juzgado antes de junio de 2021. Los hechos de los que se le acusa en estos dos procesos son un "delito de asociación de malhechores con fines terroristas", si bien dichos hechos están directamente relacionados con los preparativos, entre 2002 y 2005, de las negociaciones de Ginebra, para el primero, y, para el segundo, entre 2011 y 2013, con su participación en las negociaciones de Oslo para resolver este conflicto.
Josu Urrutikoetxea es una figura clave en la resolución del conflicto en el País Vasco. A partir de los años 80, trabajó en la organización de las conversaciones de Argel, antes de ser detenido en plena tregua el 11 de enero de 1989 en Bayona, pocos días antes de la apertura de estos primeros intentos de resolver dicho conflicto. Josu Urrutikoetxea fue elegido en dos ocasiones al Parlamento Vasco a partir de 1998 y, en nombre del movimiento vasco, participo en los preparativos de 2002 a 2005, luego en las negociaciones en Ginebra de 2005 a 2006 y en Oslo de 2011 a 2013 con el Estado español -a petición de éste- y con el apoyo técnico del Gobierno francés y la protección diplomática de los países anfitriones Suiza y Noruega. Finalmente, fue él quien anunció desde el Centro Henry Dunant de Ginebra la autodisolución de la organización ETA el 3 de mayo de 2018, tras proclamarse el fin de la lucha armada el 20 de octubre de 2011 y entregar las armas el 8 de abril de 2017 en Bayona, sentando así las bases inéditas, por su carácter unilateral, para la resolución del último y más antiguo conflicto armado de Europa Occidental.
"Para hacer la paz con un enemigo, se debe trabajar con él, y entonces ese enemigo se convierte en tu partenaire", escribió Nelson Mandela. Sin embargo, ¡se acusa a Josu Urrutikoetxea de haber estado en contacto con miembros de ETA en la época en que era el depositario de un mandato de negociación para llevar a ETA hacia un proceso de paz!
En primer lugar, en vez de contrastar la acusación con los hechos conocidos por los servicios de seguridad franceses, en particular la Unidad de coordinación de la lucha antiterrorista (UCLAT), en relación con la posición de Josu Urrutikoetxea como negociador de paz en el momento de los hechos que se le imputan, son los 60 años de acción armada de la organización ETA los que han acabado en el banquillo de los acusados.
La justicia francesa, queriendo exhibir una especie de trofeo, tal vez haya querido responder a la pregunta casi existencial que en su día se hizo J.M.G. Le Clézio: ¿Qué les queda a los hombres cuando
terminan las guerras? Pero ¿qué ha dicho la justicia a los artesanos de la paz, a los que han hecho de esta lucha por la paz su vida en todo el planeta? ¿Y qué les dirá a los que han trabajado por la paz hasta hacerla realidad?
Los premios Nobel de la Paz y los escritores, los expertos en resolución de conflictos, los hombres y mujeres de Estado, los parlamentarios, los magistrados, los intelectuales y los artistas de todo el mundo que se han unido para pedir a Francia la protección y la seguridad de Josu Urrutikoetxea y de todos los negociadores de paz, se han tomado el tiempo necesario para reflexionar sobre este espinoso caso. Pero todos han llegado a las mismas conclusiones: una condena a Josu Urrutikoetxea por los actos de los que se le acusa en estos dos "casos" sería un golpe a las reglas más elementales de la diplomacia y a la paz.
Sr. Ministro de Justicia, ¿hay que formar parte de los vencedores para ser un negociador de la paz? Sr. Ministro de Justicia, ¿hay buenos y malos artesanos de la paz?
Sébastien Nadot (Pregunta escrita n° 2021-06-00151)
Diputado por la Haute-Garonne, miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores y del Grupo de Estudio de Acción Humanitaria y presidente de la Comisión de Investigación sobre Migración de la Asamblea Nacional de Francia