Detención de Josu Urrutikoetxea.
La Paz y la diplomacia golpeadas.
Alain Badiou (filósofo), Etienne Balibar (filósofo), Thomas Lacoste (cineasta)
Jean-Luc Nancy (filósofo), Toni Negri (filósofo) & Jacques Rancière (filósofo)
La detención de Josu Urrutikoetxea en la mañana del jueves 16 de mayo en un hospital público de Haute-Savoie (Alpes francesas) y por medio de « una denuncia anónima », no es una buena noticia. Es un golpe a la inteligencia política, al concepto de justicia, al compromiso en favor de la reconciliación de los pueblos y a la hipótesis democrática subyacente.
Lo que nos interesará aquí no es es el pasado militante de Josu Urrutikoetxea –instrumentalizado por los poderes políticos y estigmatizado por los medios de comunicación–, sino su determinante contribución política al actual proceso de paz en el País Vasco.
La importancia de la contribución de Urrutikoetxea al proceso si bien desconocida, ha permitido el fin del último y más antiguo conflicto armado en Europa occidental, y en este sentido ha sido esencial. En tanto que miembro histórico de la organización ETA, Josu Urrutikoetxea tuvo el valor de abrir el debate y estructurarlo para dotarse de los medios necesarios y poner fin a la lucha armada.
A pesar de diez años de cárcel, y de diecisiete años de clandestinidad, Urrutikoetxea, desde fuera de la organización ha conseguido imponer la transformación de este conflicto, modificando la lógica de un escenario político-militar a otro de carácter estrictamente político. Y ello de manera unilateral.
Esta situación inédita ha permitido la apertura de una nueva era para el País Vasco, y Josu Urrutikoetxea ha sido uno de los protagonistas principales
Desde el inicio de los 80, Urrutikoetxea estableció contactos con el gobierno español para poner en marcha un proceso de negociaciones de paz en Argel en 1989. Lo que no impidió que en enero de ese mismo año, el gobierno francés lo detuviera en Baiona. A pesar del anuncio de tregua unilateral realizado por ETA a demanda del propio gobierno español como condición para la apertura de negociaciones.
Después de diez años de cárcel, seis en suelo francés y cuatro en prisión preventiva en suelo español –sin juicio, ni condena– en 1998 y posteriormente en 2001, fue elegido diputado al Parlamento de la Comunidad autónoma del País Vasco. Urrutikoetxea pasó a la clandestinidad en el 2002 y ha permanecido en esta situación hasta su reciente detención el pasado 16 de mayo.
Dicho esto, Josu Urrutikoetxea estuvo en Ginebra en junio del 2005 y hasta septiembre del 2006, bajo protección del gobierno suizo, para participar en el proceso de negociación y elaboración de una hoja de ruta con el gobierno socialista español de la época, Jugando un papel esencial en dicho proceso
Urrutikoetxea volvería a participar en el proceso de elaboración de la hoja de ruta que posibilitó la Conferencia Internacional de Paz de Aiete, en 2011. Esta última, presidida por el premio Nobel de la paz Kofi Annan, preveía, entre otros puntos, el cese definitivo de toda acción armada –proclamación realizada y anunciada tres días después el 20 de octubre del 2011– y la apertura de negociaciones en Oslo sobre las consecuencias del conflicto, cuestiones aceptadas previamente por ambas partes: gobierno español y ETA.
Entre 2011 y 2013, Josu Urrutikoetxea, esta vez bajo protección noruega, esperó en Oslo la llegada de los negociadores españoles. Espera vana ya que a pesar de los compromisos gubernamentales, los negociadores españoles nunca llegaron.
A pesar de la ausencia de interlocución francesa o española y de diferentes operaciones policiales que perseguían disuadir a la organización ETA de su desarme, ésta decidió entregar sus armas a la población vasca. Desarme que finalmente tuvo lugar el 8 de abril del 2017. Por último, el 3 de mayo del 2018 Josu Urrutikoetxea desde la sede central del Centre Henry Dunant en Ginebra hizo publico ante la Comunidad Internacional la autodisolución de la organización ETA.
Estas son, algunas de las etapas que jalonan la historia colectiva de ese territorio y la resolución inédita de ese conflicto, cuyo carácter unilateral solo puede impresionarnos. ¿Podríamos imaginar por un segundo que una vez abolidos los fundamentos de las leyes de apartheid en junio de 1991 en Africa del Sur, el que fuera premio Nobel de la Paz Nelson Mandela hubiera sido encarcelado? ¿Ó habríamos podido imaginar que en abril de 1998 Gerry Adams fuera detenido y arrojado a un calabozo tras la firma de los Acuerdos de Viernes Santo en Belfast?
Y no obstante, ese es el grave escenario al que asistimos preocupados y consternados. A modo de reconocimiento, las autoridades francesas se preparan para infligir a Urrutikoetxea una pena de cárcel. No podemos aceptar que las diplomacias de nuestros países y de la Comunidad europea, se degraden a tal punto. No podemos soportar la incoherencia política ante tantos gestos realizados unilateralmente – 2011, cese unilateral de la lucha armada; 2017, entrega de las armas a la población vasca; 2018, autodisolución de ETA– gestos igualmente acompañados por la plural mayoría de la población.
Rechazamos rotundamente que frente a la determinación y a la altura moral de Josu Urrutikoetxea para poner fin a un conflicto armado se le imponga este desprecio, humillación y, in fine, represión.
El reconocimiento, el respeto de los derechos humanos, la justicia transicional, las modificaciones de las condenas, son nociones elementales y por lo tanto tan esenciales que no pueden ser ajenas a nuestros estados y a la Unión Europea.
No se puede continuar, hostigando y condenando sistemáticamente a los actores de este proceso. Si la comunidad internacional se demora –en actuar y apoyar abiertamente Josu Urrutikoetxea– no es tarde empero, para un gesto fuerte, inteligente y substancial por parte del Estado francés. Gesto que tendría por objeto abrir un espacio político y evitar la privación de libertad de aquel que ha sido indispensable para la construcción de la paz, permitiendo así que todas y todos puedan mirar de frente, juntos y con lucidez al futuro.
Alain Badiou (filósofo), Etienne Balibar (filósofo), Thomas Lacoste (cineasta), Jean-Luc Nancy (filósofo), Toni Negri (filósofo) & Jacques Rancière (filósofo)
Tribuna publicada en Liberation el 30 de mayo del 2019.
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