Este refrán nos enseña que cuando se recibe un obsequio, no se debe de buscar defectos, aspectos negativos, ni criticar el mismo. Todo lo contrario, se debe de recibir con buen agrado y agradecer el gesto. Las personas deben mostrarse agradecidas y no ponerse muy exigentes o críticas cuando reciben algo de manera gratuita e inesperada. Por lo tanto, hay que valorar y apreciar los gestos generosos que otros pueden tener con nosotros o los demás de una manera desinteresada.
El refrán presenta algunas variantes, como:
"A caballo regalado, no le mires el diente", "a caballo regalado, no se le mira el colmillo, "a caballo presentado, no hay que mirarle el diente", "a caballo regalado, no se le mira el dentado", entre otras.
En inglés, la expresión "never look a gift horse in the mouth", y la expresión francesa "À cheval donné, on ne regarde pas les dents" se usan en el mismo sentido.
Origen del refrán:
A través del estado de las dientes de estos animales se puede determinar su edad y su estado de salud. A los dos años, el caballo cambia de dentadura y nacen dientes de color amarillento. Con el pasar de los años los mismos se empiezan a desgastar producto de la masticación.
Tomado en cuenta lo anterior, al comprar un equino o animal es fundamental observar el estado de los dientes, pero al ser regalado no importa si es viejo o joven.
De esta manera, se aplica para todos los demás presentes que se recibe a pesar de no ser de nuestro gusto.
Otros refranes sobre caballos:
"Puedes llevar un caballo al río, pero no puedes obligarlo a beber." / "Se puede llevar el caballo al río, pero no se le puede obligar a tomar agua."
"Caballo grande, ande o no ande." - Se emplea este refrán para encarecer algo por su gran tamaño.
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Quelques dictons d'équidés se lisent ici:
https://blogs.mediapart.fr/wawa/blog/300324/un-ane-se-croit-savant-parce-quon-le-charge-de-livres
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